Una colección destacada para una vista a medida

observa que para la mayoría de la gente llevar gafas no es un placer, sino más bien una limitación. Mientras que las ópticas comercializan un mismo estilo de monturas, él propone una apuesta arriesgada: fabricar gafas totalmente diferentes que, según él, por fin darán respuesta a las verdaderas expectativas de los consumidores. Las hará lo más minimal posible, dotándoles de un máximo de tecnologías, para que resulten bonitas, discretas, funcionales y agradables de llevar. El nombre de Minima surge como una evidencia. Estamos en 1994 y el éxito es inmediato. Más de veinte años más tarde, la marca Minima está presente en más de 80 países y cuenta con más de 4.000 puntos de venta en Francia. Sus colecciones no han dejado de crecer y adaptarse a lo largo de los años, según han ido evolucionando las modas y las gafas se han ido complementando con accesorios. Minima ha seguido estas evoluciones del mercado, conservando su filosofía y su identidad: aportar productos de última tecnología y de alta calidad, en total adecuación con las necesidades y el bienestar de los usuarios de gafas. ¡Minima, por supuesto!